LA HISTORIA DE HUANDO - NARANJA HUANDO
La hacienda Huando fue de propiedad de la familia GraƱa Elizalde, quienes plantaron dentro de las 1.450 hectĆ”reas la variedad de naranja washington navel, que no tenĆa pepa; sin embargo, la procedencia de su producciĆ³n hizo que la poblaciĆ³n peruana olvidara su nombre formal para bautizarla como naranja Huando.
Esta variedad fue sembrada desde aproximadamente inicios del siglo pasado e hizo que la hacienda fuera reconocida tanto localmente como en el extranjero. La producciĆ³n de Huando era enviada a Estados Unidos, CanadĆ” y a algunos paĆses de Europa, lo que representaba un orgullo para la zona y para el paĆs.
La naranja Huando incluso recibiĆ³ el homenaje popular al ser incluida dentro del sinnĆŗmero de motes que creaba la criollada local. Decir que alguien se parecĆa a una naranja Huando, era decir que “no tenĆa pepa”. Una crueldad que solo la entienden los peruanos.
La producciĆ³n de Huando alcanzĆ³ pleno esplendor hacia mediados del siglo pasado. Sin embargo, la reforma agraria en 1969 detuvo este crecimiento. Fue un corte directo a la yugular: las tierras de la hacienda fueron tomadas por los trabajadores a travĆ©s de la Cooperativa Agraria de ProducciĆ³n Huando, que agrupĆ³ a cerca de 500 personas. La exportaciĆ³n continuĆ³ por algunos aƱos mĆ”s; no obstante, progresivamente los cooperativistas fueron perdiendo los mercados externos ganados con anterioridad. No se trataba de una fruta barata. Los que hayan ido al mercado de niƱos podrĆ”n recordar que era una fruta premium, intensamente anaranjada, de textura Ćŗnica y de una marca en su piel cual tatuaje que denotaba su linaje. AsĆ de simple.
Ya en los aƱos 90 los productores indicaban que esta variedad requerĆa de cuidados Ćŗnicos, de fertilizantes caros, que la producciĆ³n era casi insostenible. AsĆ es que en Huando se empezĆ³ a ensayar la producciĆ³n de mandarinas matzuma (sin pepa) y a estas tambiĆ©n se las bautizĆ³ como mandarinas Huando para aprovechar la fama de una marca que tomĆ³ mĆ”s de medio siglo en construir, pero el camino hacia el fracaso ya estaba escrito. sin pepa, sin jugo En 1992 la Cooperativa Agraria de ProducciĆ³n Huando decidiĆ³ su disoluciĆ³n. Luego de intensos debates al interior de esta organizaciĆ³n se procediĆ³ a la parcelaciĆ³n de los terrenos. Una parte de los cooperativistas apostĆ³ por la formaciĆ³n de la Empresa Agroindustrial Huando (EmagrĆn Huando), con la idea de explotar esta marca exitosa, pero el destino a veces es cruel y paradĆ³jico.
Las naranjas Huando dejaron de producirse a gran escala en Huaral, porque los naranjos comenzaron a ser atacados por el ‘virus de la tristeza’ (plaga que debilita a los Ć”rboles y que origina producciones escasas). Los productores tuvieron que cambiar a la producciĆ³n de mandarinas y otros productos. AsĆ, cientos de naranjos tuvieron que ser sacrificados para acabar con la tristeza y que las tierras pudieran producir fresas, espĆ”rragos y paltas.
El presidente de Pro Citrus, Renzo Carlini, indica que no hay forma de revertir el ingreso de este virus. Hoy la variedad washington navel (o naranja Huando) ya no se exporta porque no resulta rentable y es imposible competir con SudĆ”frica que tiene menores costos de producciĆ³n.
Hoy el PerĆŗ exporta tangelo, y las mandarinas satsuma y w. murcott. Las actuales ‘naranjas huando’ que circulan en el mercado local son producidas en Ica, Chincha y en la zona alta de Huacho. Por su parte, algunos parceleros en Huando siguen luchando por sacar adelante nuevos productos. La tarea es dura. La empresa EmagrĆn Huando fue liquidada hace pocos aƱos. Unos inversionistas adquirieron la mayorĆa de acciones y transfirieron las tierras a la empresa agrĆcola Santa Patricia. AsĆ, el ciclo de las naranjas de Huando se acabĆ³.
El Comercio
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