El psiquiatra Martín Nizama explica que vivimos en un mundo salvaje donde se enseña que el valor supremo es el dinero. |
Por: Óscar Torres
Es un deber encontrar explicaciones ante crímenes horrendos. Por tal motivo, conversamos con el doctor Martín Nizama. Reconocido psiquiatra, profesor principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
y la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Ex director del Instituto
Nacional de Salud Mental, director de la Clínica Nizama y autor de
innumerables publicaciones, tanto en artículos como en libros. ¡Un lujo!
Doctor Nizama, ¿qué está pasando en nuestra sociedad que vemos crímenes tan espeluznantes?
Lo que pasa es que hay una deshumanización masiva en la sociedad
posmoderna signada por la materialidad, la tecnología, el conocimiento y
la extinción de la familia natural.
¿El asesino nace o se hace?
Nace y se hace. Nace, porque muchas veces estas mentes criminales
tienen antecedentes genéticos, sea por la rama materna o paterna; y se
hace, porque el entorno familiar es maltratador, de abandono o malos
ejemplos.
¿Qué pasa por la cabeza del homicida en el momento que está concretando su crimen?
Está bloqueado por el odio, la pasión o los impulsos tanáticos, o
sea asesinos que se han desencadenado en su cerebro reptil. El cerebro
humano tiene tres cerebros: el reptil (el más primitivo), el mamífero
(emociones y afectos) y el humano (el de la razón, de los valores éticos
y control de impulsos).
¿Por qué una hija puede matar o contratar a un sicario para mandar a matar a su mamá?
Por la codicia y el odio. A veces combinan ambos, el odio y codicia.
¿Dónde nace la codicia, la ambición, para que una persona se vuelva así al punto de llegar a matar?
La codicia nace en el mercado salvaje en que vivimos, que enseña al
ser humano que el valor supremo es el dinero, como decía Quevedo y
Villegas: “Poderoso caballero es don dinero”.
En el caso de Giuliana Llamoja había un conflicto fuerte
entre madre e hija, ¿por qué se dan estos conflictos cuando lo natural
es que la hija ame a su madre?
Hay una decadencia en la escala de valores y, actualmente, vivimos
el reinados de los antivalores… Ahora, en la sociedad posmoderna, la
familia ha sido puesta de lado y el centro de la sociedad es el
individuo. Entonces el individualismo extremo lleva a la persona a no
tener valores, porque la familia ya no se encarga de educar, ha pasado a
un rol asistencial.
¿Hay una política de Estado para tratar la salud mental de los peruanos?
Cero.
¿Un programa de televisión puede crear homicidas?
Lo que hacen los talk shows es destapar la olla de Pandora, es
decir, sacar a relucir la intimidad y patología de personas
trastornadas, ante millones de personas, sin tener ninguna posibilidad
de controlar esos impulsos y trastornos. Entonces el conductor hace de
terapeuta sin serlo. El trabajo de la psicopatología individual tiene
que estar a cargo de profesionales terapeutas y no de conductores que,
en este tema, no conocen nada.
Que una persona diga una semana que fue violada, otra que se
acuesta por dinero, otra que engañó a su marido y otra que hizo orgías,
¿qué genera esto en los televidentes?
Es el desembalse de la miseria y ruindad humana que son utilizados
como mercancías, porque a las personas que van a estos programas les
pagan. O sea, por vomitar la ruindad, la persona recibe una
remuneración. Se estimula la codicia.
Ahora vemos en las tardes a modelos y modelitos besándose un
día con uno, otro con otro. Eso lo ven chicos y chicas de 12 y 13 años,
¿qué puede generar en los adolescentes?
Son paradigmas negativos. Estos personajes de la farándula, que no
tienen una escala de valores sólida, son gobernados por la frivolidad y
la banalidad, se convierten en ejemplos negativos. Ello confirma que la
sociedad en que vivimos es anética, amoral y frívola.
¿Cómo define a quien mata a su pareja y la entierra en un silo 5 metros bajo tierra?
Es una conducta psicopática grave que indica que esta persona sin
sentimientos, valores, remordimientos y sensibilidad, no tiene
humanidad.
En el caso del descuartizador, la víctima era homosexual y
el victimario no se reconocía homosexual. ¿Ese tipo de relaciones son
más propensas a llegar a la violencia o es como cualquier relación
heterosexual?
Es como cualquier relación heterosexual, lo que pasa es que cuando
surge un fenómeno mediático se tiende a pensar que, en ese campo, los
crímenes son mayores, pero luego surge un filicidio, después un
parricidio. En realidad, estamos frente a una sociedad canibalesca.
¿Y cómo reconocer a un psicópata en mi casa? ¿Qué signos tiene esa persona?
Difícil porque el psicópata es dos caras: una cara negra y otra
blanca. En casa muchas veces se muestra de una manera, pero ante el
público de otra. El psicópata miente, manipula, es teatrero, tiene
lágrimas de cocodrilo, cara de cordero degollado, de yo no fui. Es un
sujeto que se enmascara y es, como decir, dos en uno. El psicópata nunca
dice “soy psicópata”, puede cometer atrocidades y luego negarlas.
¿Hay pocos psiquiatras en este país?
Muy pocos. No llegan a 500 y el Perú tiene 30 millones de habitantes, de modo que estamos en déficit de psiquiatras.
¿Cree que el Internet, las redes sociales, son malas influencias para los menores?
Las redes sociales y equipos electrónicos tienen uso, abuso y
adicción. Como uso, cuando se utiliza la red para un beneficio personal,
comunicarse, tener conocimiento e informarse. Por trastorno de
personalidad se pasa del uso al abuso, que quiere decir uso dañino, con
exceso de tiempo y en perjuicio de sus roles. Y del abuso se pasa a la
esclavitud, que es cuando se apegan a los electrónicos y se convierten
en un “hongo tecnológico”.
Vivimos en una sociedad consumista que nos obliga a ser
exitosos y tener dinero. ¿Qué recomendaría a los que pasan por
dificultades para que se sientan bien?
En primer lugar, deben tener una familia porque sin familia, no hay
nada. La fuente del amor, de la paz, de la tranquilidad es la familia
natural; no la familia asistencial, que es la que reina ahora ni la
“familia cyborg” que es la que se nos viene, o sea, la familia
electrónica.
¿Qué le puede decir a las personas que viven en
asentamientos humanos y la plata no les alcanza, no pueden mantener a
sus hijos y se deprimen?
La pobreza no necesariamente es signo de infelicidad, muchas veces
en la pobreza hay valores, por ejemplo, la resiliencia, que es la
capacidad de resistir la adversidad y vencerla. Otro elemento es
superarse educándose, porque muchas veces hay un círculo vicioso:
pobreza, depresión y abandono. La única forma de salir de los estado de
pobreza es estudiando.
A los que tienen ideas suicidas, porque tienen fracasos amorosos, no les va bien en la vida, ¿qué deben hacer?
Los que tienen impulsos suicidas y se sienten frustrados, deben
buscar una ayuda especializada. Ir donde los psicólogos, psiquiatras, a
los Centros de Salud, para recibir ayuda profesional.
¿Qué nos aconseja para mantener una mente sana y libre de perturbaciones?
Uno, tener una familia, porque es insustituible en la vida
espiritual de un ser humano. Segundo, una buena educación y tercero, un
buen soporte social, o sea, amigos. Muchas veces la familia no es
suficiente y ahí están los amigos, y muchas veces los amigos y la
familia son insuficientes, y ahí está la educación que quiere decir
cultivo de los valores humanos.
Gracias doctor Nizama, por compartir con nuestra lectoría sus valiosos conocimientos
Gracias, felicidades y suerte para Trome
Fuente Diario Trome
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